Era mucamita de la niña Laura, una joven y elegante persona, que si bien afectaba ante el mundo la más pasmada frialdad de virgen dis-tinguida, resultaba un demonio de malicia y de gracia espontánea en la intimidad, siendo también mucho más linda así; pero dicha intimidad no existía sino para Finamora, por razones de casi divino desnivel, y para su hermano el niño Ricardo, un
colegial apenas menor de un año que la señorita, bien que mucho más ingenuo.
Leopoldo Lugones
Esta fue la saya que tanta fama diera a la tapada limeña, pues con ella, amén de la gentileza corporal, salieron a lucir las agudezas del ingenio. Esa fue la tapada que yo conocí en mis tiempos de colegial y que por mi voto aún existiría.
En medio del silencio resonaba llena de gravedad la voz de un
Colegial Mayor, que conversaba con las señoras que componían la tertulia de la Princesa Gaetani.
Ramón María del Valle-Inclán
Al verme las damas que ocupaban el estrado suspiraron, y el
Colegial Mayor se puso en pie: -Permítame el Señor Capitán que le salude en nombre de todo el Colegio Clementino.
Ramón María del Valle-Inclán
El
Colegial interrumpió con su grave voz, reposada y amable: -No soy más que un filósofo, entendiendo la filosofía como la entendían los antiguos: Amor a la sabiduría.
Ramón María del Valle-Inclán
Debido a que todos no se han dado cuenta cabal de las consecuencias prácticas derivadas del culto al individuo, del gran daño causado por el hecho de que se haya violado el principio de la dirección colegial en el Partido, concentrando un poder limitado en las manos de una persona, el C.C.
Don Francisco Manuel Sánchez de Tagle, regidor del Ayuntamiento y secretario de la Academia de San Carlos. : Don Antonio Gama, abogado de la Audiencia y colegial mayor de Santa María de todos los Santos de México.
Siempre era lo bastante fuerte como para hacerla creer que era un joven colegial que dice a su primera compañera de baile: «¿Te gusta bailar?», también sabía enrujecer a propósito, y sacar su poderosa espada y derribar a los comendadores.
-Satanás tienes en tu pecho, muchacha -dijo a esta sazón la gitana vieja-: ¡mira que dices cosas que no las diría un
colegial de Salamanca!
Miguel de Cervantes Saavedra
Allí jugábamos al jito y a la catona, hasta sudar la gota de medio adarme; también jugábamos a las guerrillas y al rodrigón, juegos muy en uso entonces, que los había traído un salmista de Cervatos, emigrado por cierto pique que tuvo con un prebendado de aquella Colegial.
Como no se divertía gran cosa su majestad con este sistema de vida, un tanto parecida a la de un colegial, un día pidió un periódico para distraerse un rato; porque es de advertir que en aquel pueblo también había Prensa periódica.
Así la vi después en mis largos ensueños de colegial, silenciosa y presente al lado de mi lecho, mirándome con la misma intensidad de entonces, levantando a su nene para que yo le viera.