Ahora, toma en tus manos la égida floqueada, agítala, y espanta a los héroes aquivos; y luego cuídate, oh Flechador, del esclarecido Héctor e infúndele gran vigor hasta que los aqueos lleguen, huyendo, a las naves y al Helesponto. Entonces
pensaré lo que fuere conveniente hacer o decir para que los aqueos respiren de sus cuitas.
Homero
Seguid y apresuraos cuanto podáis. Y yo
pensaré cómo, valiéndome de la astucia, me adelanto en el lugar donde se estrecha el camino; no se me escapará la ocasión.
Homero
Y dice él: ––Gobierno el país en nombre del emperador, y no quiero en modo alguno que simples villanos edifiquen casas por su propia cuenta y vivan con libertad como si fueran los señores de la comarca; pensaré en el modo de impedíroslo––.
¡No lo pienses, querida mía! -Si puedo, no lo pensaré, Doady. Pero soy muy feliz, a pesar de que mi querido Doady está tan solo frente a la silla vacía de su «mujer-niña».
Jamás pensaré en era carne de Canterbury, en día de feria, sin recordar el aire resuelto con que andaba a nuestro lado, adoptando ya los modales bruscos y despreocupados de un colono de aquellas tierras y mirando a las reses que pastaban como si ya fuera un labrador australiano.
-Buena me parece esa opinión, mi señor HUEMAC.- respondió el TOUEYO, que como sabemos no era otro más, que el propio TEZCATLIPOCA encarnado. -Ya pensaré como ir cambiando todos estos festejos.
III En las noches de luna y estrellas en borrasca o fiera tempestad; pensaré en mi novia querida que allá lejos quedó con mi amor.
Eso es lo que pienso hoy, pensaré mañana y pensaré siempre; la verdad que estoy dispuesto a decir aquí y en todas partes, discutir aquí y donde sea necesario discutirla, delante del pueblo, que es el que manda (EXCLAMACIONES Y APLAUSOS).
15 Si dijera yo, Discurriré de esa suerte; He aquí habría negado la nación de tus hijos: 16 Pensaré pues para saber esto: Es á mis ojos duro trabajo, 17 Hasta que venido al santuario de Dios, Entenderé la postrimería de ellos.
Confieso que
pensaré siempre en este particular como Rousseau y los más rígidos moralistas y legisladores, y obraré como el primer calavera de Madrid.
Mariano José de Larra
EL CORO ¿Quieres llevar á cabo una desdicha irreparable? FEDRA He resuelto morir. ¿Cómo? ya lo pensaré. EL CORO Habla mejor. FEDRA Y tú dame buenos consejos.
Si al cabo de los años pudiera creer que mi suerte desgraciada le ha servido de lección, pensaré que no he ocupado en vano el lugar de otro hombre en la tierra.