Los espíritus potentes Que en el universo reinan, Obedecen á mi voz: Sigue mi ínclita bandera; Óyeme, pues: si humildoso Abjuras tu nueva secta, Y arrepentido á mis aras Con grato fervor te llegas, Yo te haré feliz, dichoso, Tendrás cuanto apetezcas; El río que á tus pies corre.