He aquí una gran conquista de los tiempos. Es necesario que la alcurnia se refresque y abrillante sin descanso, que cada generación renueve sus hazañas.
Es necesario que el artista corte los bebederos, lime, pulimente y abrillante la superficie (y, si hay huecos hechos por burbujas, se rellenarían con metal fundido y se limarían), hasta lustrar el metal.