Es una de las mansiones barrocas más bonitas de esta parte de Europa, fue construida en el siglo XVII por el conde Jan Klemens Branicki, un acaudalo Hetman Polaco-Lituano, que transformó un edificio existente en una magnífica residencia de un gran noble polaco, para un hombre cuya ambición era convertirse en el rey de Polonia, compite en belleza con el Palacio Wilanów en Varsovia.