En el declive de arenosa rampa, que lentamente el batatal estrecha yergue su torre y su paral la trampa; tiene para atraer miga deshecha; y desde el fondo oscuro del mogote el ojo negro del gandul acecha.
En África uno se muere de hambre no sólo en el desierto, sino también en la más compacta y vocinglera de las selvas. Allí donde verdea el mango o ríe el chimpancé, casi siempre
acecha la flecha venenosa.
Roberto Arlt
Tened cuidado hermano, y no escuchéis las sugerencias del diablo; el espíritu maligno, irritado por vuestra eterna consagración al Señor, os acecha como un lobo rapaz, e intenta un último esfuerzo para atraeros a él.
Feliz el que puede, como nuestra encantadora princesita, habitar lejos de toda infección y de todo contagio, respirando aire a torrentes embalsamado y puro, bebiendo agua de rosa que conducen cañerías de cristal. Donde se reúne gente pobre,
acecha el germen maléfico, el mortal bacilo.
Emilia Pardo Bazán
Pecadores, pecadores somos. Reza, hermano León, que la sombra
acecha... El conde creía sentir en tal instante la cabeza despejada, el espíritu claro y luminoso.
Emilia Pardo Bazán
Lo que nos preocupa existe de veras, nos acecha y nos amenaza; nuestro destino es luchar con obstáculos reales y con fuerzas sin piedad, no con sombras y leyendas.
Al marido muerto llaman «el que pudre»: mirad cuáles son estas, y si muerto, que ni las asiste, ni las guarda, ni las
acecha, dicen que pudre, ¿qué dirían cuando vivo hacía todo esto?
Francisco de Quevedo
¿Es que aquel hombre la guarda, o es que en acecho la ronda? Porque él la guarda o la acecha con una intención incógnita. En esto la plaza adentro, por la calle de la Sierpe un hombre desembocando, a largos pasos se mete.
Y por todas partes, pobres y pobres clamorean y piden a personas aún más necesitadas, mientras la turba de pilluelos, que ya viste por la mañana,
acecha un pañuelo o una petaca y siguen su educación para llegar a ser ciudadanos españoles, parte del pueblo soberano, que tan adelante va por la senda de la ilustración y de los buenos principios.
Ángel de Saavedra
—¡Y bien! —me dijo—, te acecha, lo sé, quiere que veas lo que me ha mostrado. No huyas de él, míralo sin asustarte, no te tocará, pero te hará ver algo muy divertido, y si le dejas hacer te recompensará generosamente.
El mover de las ramas y verdura, que oye de encinas, olmos y follajes, la lleva amedrantada en la espesura sin rumbo por insólitos parajes; pues toda sombra cierta o contrahecha cree ser Reinaldo que su espalda acecha.
Allí el hipopótamo se acuesta entre los juncos y el dios Memnón se alza sobre un gran trono de granito. Acecha a las estrellas durante la noche y cuando brilla Venus, lanza un grito de alegría y luego calla.