El fenómeno sólo batí a las islas con grandes olas que pudieron perpetrar las costas internas del archipiélago, es decir, las aguas pisaron tierra, y trajeron distintos desechos coralinos y basura hacia las carreteras y playas de las costas.
Spinetta recuerda una anécdota al respecto: «Yo les batí un par de cosas y también les sugerí que construyeran el observatorio más grande del mundo...
Me
batí en duelo, como cualquier hombre decente, cierta vez que fue necesario, y recién salido de la Escuela de Ingenieros, cerré a palos y a tiros en Despeñaperros con mis sublevados peones, hasta que los reduje a la obediencia.
Pedro Antonio de Alarcón
—le pregunté. —Un ingeniero. —¡Ah!, ¿es ingeniero? —Sí, pero
batí, Rubio, ¿te animás? —Por qué no... sí, hombre... ya estoy aburrido de caminar vendiendo papel.
Roberto Arlt
Krati 1 Animale. Dati 1 Àrbole. Jireiti 1 Fila. Keteiti 1 Paquete. Batí 1 Una vez. Kideiti 1 Racimos. Ötöiti 1 Ropa, trozo. Kati 1 Hoja.
Mi compañero, dengosamente al principio, animándose gradualmente después, me enteró de cuanto quería: era venezolano, hijo de español; venía de París, adonde le había enviado su familia para que se instruyese y formase; y, atacado de un mal indefinible, tal vez neurosis complicada con anemia profunda, se dirigía, por consejo de los médicos, a pasar el verano en el noroeste de España en casa de un hermano de su padre, rico propietario, dueño de una quinta en el valle de la Rosa. Al oír este nombre, tan dulce y sugestivo,
batí palmas: el valle de la Rosa estaba cerca de la ciudad a que me encaminaba yo.
Emilia Pardo Bazán
Ségur, y me trabé en descomunal batalla con Larsen sobre la significación de la palabra tôle; aquí Jacques me dijo que era un imbécil, pero que tenía razón, cuando sostuve ante él, en una discusión con un compañero, que este título de un capítulo de La Bruyere,"Les esprits forts", no debía traducirse por "Los espíritus fuertes"; en aquel rincón me
batí una tarde con denuedo contra un muchacho Arriaza, quién, si bien sacó del combate la nariz demolida y con una forma pintoresca, me dejó ciego por una semana; en este escaño se sentaba mi madre, me tomaba las manos, me acariciaba con sus ojos llenos de lágrimas, me apretaba contra sí, y al fin cuando la noche caía y era necesario separarnos, me dejaba su alma en un beso...
Miguel Cané