La presencia humana en el término de Tíjola, se remonta a época prehistórica. Señal de ello fue el Ídolo encontrado en "La Muela del Ajo", en el paraje de los Blanquizares, por el párroco de Tíjola D.
A partir de 1927 el arqueólogo Juan Cuadrado, discípulo de Luis Siret, realizó diversas intervenciones en el yacimiento de La Bastida (1927-28 y 1936-39) así como en varios yacimientos de la zona, entre los que destaca Blanquizares de Lébor.