bobalicón

Estudiar con entusiasmo sería otra respuesta, mas se nos caen las alas con tantas tareas y ejercicios bobalicones que nos ponen en la escuela sin ton ni son.

Piter miró cómo la magra silueta del guía se alejaba, perdiéndose tras los tumultos de bobalicones que se movían frente a la ochava del correo inglés.

Carlitos, en presencia de su padre y comensales, adoptaba un airecito de unción y bobería que lo asimilaba a un ángel de retablo. Pero fíate de bobalicones, lector mío, y a puto el postre si no te dan un día cualquiera sarna que rascar.

Garganta criolla de Carmen García que mandaba su canto hasta las calles envueltas en perfume vegetal. Cromos bobalicones, colgados por estímulo a la mesa.

En sus programas radiofónicos, se deleitaba en describir a los milicianos como hombres bobalicones e incultos, masa amorfa, pasto de bajas pasiones, de infecciones y de enfermedades indignas, incapacitada de pensar por si misma, y que se dejaba mandar, carente de virilidad y como sujetos andantes de una jerga populachera y dialectal repleta de vulgarismos e incorrecciones gramaticales.