Luego le dijo vamos conmigo y tomándole del brazo, caminaron, el borracho después de unos minutos, sintió un frio helado, miro hacia su alrededor y los hombrecitos estaban allí hablando todo lo de su vida, entonces el tubo miedo y le dijo: ¿Dios mío donde estoy? Al escuchar esto los hombrecillos desaparecieron junto a su borrachera.
Y por si fuera poco, guerras grandísimas se habían desatado para combatir a XOCHITL, que mandaba en lugar de TOPILTZIN, pues éste, hundido en la borrachera y en la esclavitud de sus sentidos, había perdido la voluntad de vivir ante tantas desgracias ocurridas.
Ahí estuvo un rato como acompañando a su primo el coyote y luego, con sus pausados y cansados pasos, regreso a la casa de sus patrones. En el camino iba pensando: -¡Lo que hace la borrachera!
Pensaba despedirme de Shay-hueque en ese día, pero este quiso que asistiera á una rogativa á Dios ó maricum (fiesta anual), la que duró seis días en la borrachera que siempre sirve de complemento á estas fiestas.
Cafetera, en el diccionario callealtero, es sinónimo de borrachera, una de las cuales tomó aquél, cuando apenas sabía andar, a caballo sobre una pipa de aguardiente, de cuyas entrañas extrajo el líquido con una paja.
Solo que subió la cuota: de un duro saltó a cinco, y después a ocho, y, por último a diez, y guisote y
borrachera libre, por supuesto.
Emilia Pardo Bazán
¡Para el tío Fidel, el Potosí!... ¡
Borrachera perpetua! Con el agradecimiento y la curda, ha llegado a creerse que era verdadero hijo el difunto, y se enternece hablando de él..., y llora...
Emilia Pardo Bazán
Al remate, por no manchar su realeza con traspiés y tartajeos, apretaba el pico, se cogía al brazo de su nena y ¡andandito para el campamento!, a dejarse caer contra un albardón y a dormir la borrachera, tan inmóvil como dormirá la muerte en su pirámide Cheops, su ilustre y glorioso antecesor.
Un grupo menos numeroso, armado, de gente de rostro patibulario y encendido de
borrachera, atizaba el incendio y aplicaba antorchas a las construcciones intactas aún.
Emilia Pardo Bazán
Este envenenamiento o borrachera, desde muy antiguo era conocido por los indios con el nombre de huecú y lo atribuían a un cierto tipo de pasto, el “coirón blanco”, aunque otros sostenían que el envenenamiento era producto de emanaciones gaseosas invisibles que surgían de la tierra en ciertos lugares.
Verá usted». -Hola, tío Fidel -preguntole cuando estuvo tan cerca que el vaho de su
borrachera llegaba hasta nosotros-, ¿qué tal?
Emilia Pardo Bazán
Me parecía que, en los segundos que sostuve la suya había leído en mí, como en un libro abierto la orgía de la víspera, la borrachera de opio, y penetrando más lejos, la puñalada a la Orloff, las crápulas de París, todas las debilidades, todas las miserias, todas las vergüenzas de mi vida.