Critón: Yo veo sin embargo que es muy necesario no despreciar la opinión del pueblo, y tu ejemplo nos hace ver claramente que es muy capaz de ocasionar desde los más pequeños hasta los más grandes males a los que una vez han caído en su desgracia.
Platican algunos príncipes por acierto bien reportado el despreciar los papelones y pasquines que hacen hablar mal a las esquinas y pilares, porque dicen que el mejor modo que hay de que callen es no hablar en ellos, y que mejor se caen dejándolos que quitándolos.
Supón que Clitofón te concede que es ridículo ocuparse de todo lo demás y despreciar el alma, objeto verdadero de todos sus cuidados; supón, que yo te he referido todo lo que de esto se sigue y todo lo que acabamos de decir.
Recordando nuestras antiguas conversaciones, a saber: de si ha habido razón para decir que hay ciertas opiniones que debemos respetar y otras que debemos despreciar.
Critón: Por este sólo sin duda. Sócrates: ¿Debe temer la reprensión y estimar las alabanzas de éste sólo y despreciar lo que le digan los demás?
Demás de esto, como la mayor parte de las contumelias hacen los insolentes y soberbios y los que se avienen mal con su felicidad, viene a tener el sabio la sanidad y grandeza de ánimo con que rechaza aquel hinchado afecto, siendo esta virtud tan hermosa que pasa por todas las cosas de esta calidad como por vanas fantasías de sueños y como por fantasmas nocturnos, que no tienen cosa alguna de sólido y verdadero; y juntamente se persuade que todos los demás hombres le son tan inferiores, que no han de tener osadía a despreciar las cosas superiores a ellos.
El ánimo llega con la paciencia a despreciar el poder de los males; y si quisieres saber lo que él podía obrar en nosotros, considera las naciones donde ha puesto sus límites la paz romana: quiero decir los alemanes, y las demás gentes que andan vagantes en las riberas del Danubio, siempre los oprime un perpetuo invierno y un anublado cielo: y sustentándolos escasamente el estéril suelo, y defiéndense por las lluvias en chozas cubiertas de ramas y hojas; bailan sobre las lagunas endurecidas con el hielo, y para sustentarse cazan las fieras.
Ellos saben que está en nuestras manos su destino y confían en nuestro compromiso. Por eso no podemos ver al pasado con indiferencia ni despreciar sus lecciones.
Pérez había notado también que Álvarez despreciaba o fingía
despreciar a la multitud insípida y que miraba con rencor y desfachatez al canónigo que presidía la mesa.
Leopoldo Alas
No quiero hablar de las infinitas visitas ceremoniosas que antes de la hora de comer entraron y salieron en aquella casa, entre las cuales no eran de
despreciar todos los empleados de su oficina, con sus señoras y sus niños, y sus capas, y sus paraguas, y sus chanclos, y sus perritos; déjome en blanco los necios cumplimientos que se dijeron al señor de los días; no hablo del inmenso círculo con que guarnecía la sala el concurso de tantas personas heterogéneas, que hablaron de que el tiempo iba a mudar, y de que en invierno suele hacer más frío que en verano.
Mariano José de Larra
eñor Duende: Aunque ignoro quién seáis y qué clase de espíritu y de qué punto habéis salido, como tenéis al frente un redactor que sin duda os comunicará lo que se os escriba, no tengo dificultad en atreverme a manifestaros por su conducto el gozo que me ha cabido de ver que hay un ente que osa
despreciar cuanto puede acaecerle por criticar lo que es risible.
Mariano José de Larra
Debemos fortalecer y auspiciar los grandes valores de la familia mexicana, para proyectar desde ella el futuro nacional y luchar por la Patria como se debe luchar por la familia: con una profunda convicción intelectual y moral; con dolor espiritual y, a veces, con dolor físico; con desvelo; con capacidad para muchas horas de trabajo, y despreciar lo que se llama imagen de los funcionarios públicos, y con ella, despreciar las apariencias y llegar en cambio a la médula del esfuerzo.