La Real Chancillería mantuvo al Concejo querellante en su derecho «de llevar su cabaña c on palos, pastores, perros y cencerros, a pacer las yerbas y beber las aguas, seleando y majadeando, a los sitios de Bus Cabrero, Bustamezán, Cueto de Espinas, etc., etc...» Idéntico y tan antiguo privilegio es el que disfrutan los demás Concejos sobre estos y otros puertos.
-Pues, hombre, van a creer esos cangrejos que nos han metido el resuello y que les tenemos miedo. Y sobre este tema siguió Paiva majadeando, y majadereó tanto que, fastidiado Salaverry, le dijo: -Déjame en paz.