Mas no estas, un día, blandas promesas me diste con tu voz a mí, no esto a mí, triste, esperar me mandabas, 140 sino matrimonios alegres, sino optados himeneos, lo cual todo, aéreos, desgarran incumplido los vientos.
Dios sabe, Padre mío - respondió el hermano León con mucha humildad y reverencia -, que cada vez me disponía a responder como tú me lo mandabas; pero Dios me hace hablar como a El le agrada y no como yo quiero.
Al ejecutar este movimiento, sin embargo, las fuerzas de Miller mandabas por Eréscano y el subteniente Vidal, rechazaron tres veces los ataques del enemigo, y, después de infinitas fatigas, siguieron su marcha por la playa de Huechucucuy, y llegaron a la ensenada donde estaban anclados los dos buques de Cochrane.